Situado en el centro de un cráter circular y rodeado de acantilados que alcanzan los 150 metros de altura Autoire es un pueblo que no pueden perderse. Resulta muy agradable perderse por sus estrechas callejuelas bordeadas de casas con entramados de madera, una mansión del siglo XV y la iglesia románica de Saint Pierre y Saint Paul.

La plaza del pueblo está poblada de cafés y tiendas y en ella encontramos una hermosa fuente decorada con delfines en bronce. La visita del pueblo quedaría incompleta sin dar el paseo que lleva a una cascada y que nos permite bordear el rio Autoire, río que da nombre al pueblo. La cascada está situada a 2 km y a una altura de 30 metros, es un lugar ideal para una pequeña pausa refrescante. Durante el paseo levanten la vista para poder admirar las ruinas el castillo de los Ingleses, pegado al precipicio y clasificado Monumento Histórico. Los más deportistas podrán continuar explorando el cráter escalando hasta la cima del precipicio para así poder admirar una espléndida vista sobre el valle, y los paisajes del Quercy y el castillo de Castelnau en la lejanía.