Turenne es la cuna del poderoso vizcondado que lleva este mismo nombre desde la segunda mitad del siglo IX. La ciudad está construida sobre los flancos de una colina sobre la cual, dominando el conjunto, se encuentra el castillo. Durante 10 siglos el vizcondado regirá de manera soberana el territorio y actuará de manera autónoma hasta la Edad Media. Es un estado dentro del estado que impone sus propias reglas, su propia economía y su propio desarrollo. Se extiende sobre un territorio que va de la baja Corrèze actual (Argentat) hasta las puertas del Perigord Negro al oeste (Terrasson), y hasta los altiplanos de la meseta calcarea de Quercy (Gramat). el vizcondado de Turenne llego a alcanzar más de 100.000 ha distribuidas en 111 parroquias. 

La ciudad de Turenne ha conservado numerosas huellas de su historia. Así lo atestiguan las torres César y el tesoro del castillo, los antiguos palacetes de los siglos XV y XVII y las viviendas más modestas con tejados de pizarra. Cuatro familias de vizcondes se han sucedido en Turennes. Todas han contribuido a que la ciudad guardara sus privilegios y su soberanía frente a la corona y lo han hecho a través de guerras, alianzas y descendientes. Será Charles Godefroy quien pondrá fin a estos años de prosperidad de Turenne. En esta época el vizcondado es vendido a la corona y los vizcondes pasaran a someterse a las reglas del estado, con las trágicas consecuencias que traerá la revolución.